La prevención del estrés en el trabajo
El estrés es un hecho habitual en nuestras vidas. No podemos evitarlo, ya que cualquier cambio al que debamos adaptarnos representa estrés. Selye, definió el estrés como una respuesta general del organismo ante cualquier estimulo estresor o situación estresante.
No obstante, si bien en el ámbito más coloquial se entiende el estrés principalmente como algo negativo que se experimenta como consecuencia de la incapacidad del individuo para hacer frente a situaciones que se perciben como amenazantes, también se experimenta ante aquellas situaciones que suponen un reto y que como tal requieren de una activación del organismo que facilite su afrontamiento.
El conocer y gestionar correctamente estos mecanismos de activación y las consecuencias sufridas por el organismo para hacer frente tanto a las amenazas como a los retos a los que nos enfrentamos tanto en el ámbito personal como en el laboral, promueve que dispongamos cada vez de mayores recursos para detectar las fases iniciales del estrés y por tanto utilizarlos para hacer frente a sus consecuencias negativas antes de que aparezcan y poder emplearlo a nuestro favor como fuente de impulso.
En IPSO trabajamos por orientar a aquéllas empresas y profesionales que quieran ayudar a sus empleados a detectar cuanto antes los síntomas primarios asociados al estrés y que sepan como hacer frente al mismo.
Del mismo modo que trabajamos con los individuos y los grupos, ponemos nuestro foco de atención en los riesgos / estresores que tengan como origen una inadecuada o mejorable gestión de determinados factores organizacionales, todo ello con el objeto de garantizar una vida productiva y saludable y una eliminación del estrés derivado de circunstancias laborales.
Para ello, aplicamos una diversa metodología que ahonda en el conocimiento de los estresores externos a fin de eliminarlos si es posible o cuanto menos, reducirlos, así como en la potenciación de los recursos personales de afrontamiento de los trabajadores, dado que las características de cada persona hacen que ante la misma fuente de estrés, todos no reaccionamos del mismo modo. Es imprescindible, conocer cómo esas diferencias condicionan nuestras percepciones y nos pueden hacer caer en situaciones de riesgo para corregirlas y ayudar a establecer nuevas estrategias de afrontamiento que contribuyan favorablemente a nuestro equilibrio emocional y que ello redunde en mayores niveles de productividad y eficacia para la empresa.